>> El ser humano se alimenta de lo que sueña, de lo que vive, de lo que espera, de lo que intuye. De lo que ve y de lo que anhela.
Nunca llega a estar lleno, nunca se rinde, nunca renuncia. Sólo la muerte le detiene.
Es un animal en tránsito constante, que se renueva perpetuamente en la ignorancia, candidato clandestino al olvido y a la búsqueda infructuosa de su dimensión.
El ser humano vive para intentar, no para consumar, para esforzarse en comprender, no para saber el origen de ese esfuerzo.
>> El ser humano se alimenta de esperanzas.
Rabia. Jordi Sierra i Fabra
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