
Porque pasada la tormenta solo quedan unas nubes residuales.
Porque aquel torbellino de malestar, tristeza, desamparo y desasosiego
parece que va poco a poco llegando a su fin.
Sólo queda ya el sprint final.
Por vuestras risas, sorpresas y caras alegres.
Porque os agradezco en el alma vuestra reacción,
aunque probablemente pensaréis cosas que no me habéis dicho.
Y porque lo siento, siento en el alma haberme llevado conmigo
todo esto durante tanto tiempo.
Un beso enorme, de esos que dejan marca tras tanto tiempo sin recibirlos.
Os quiero.
Gracias.
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