Sueños.
El alma humana se alimenta de los sueños.
De aquello que deseamos, de aquello que anhelamos con lo más profundo de nuestro ser.
Nuestra esencia respira el aroma de los sueños.
Porque es en los momentos más difíciles cuando liberamos nuestros más profundos deseos y anhelos.
Y es el pensar en esos sueños, en su posible realización, lo que nos hace tirar para adelante.
Seguir viviendo día tras día, luchando por aguantar otra jornada más en esta oscuridad,
esperando a que la luz emerja, a que nuestro sueño se cumpla, para que todo nuestro esfuerzo y sufrimiento no haya sido en vano, que la infinita espera haya valido la pena.
No dejes nunca de soñar.
A veces es lo único que nos queda.
El alma humana se alimenta de los sueños.
De aquello que deseamos, de aquello que anhelamos con lo más profundo de nuestro ser.
Nuestra esencia respira el aroma de los sueños.
Porque es en los momentos más difíciles cuando liberamos nuestros más profundos deseos y anhelos.
Y es el pensar en esos sueños, en su posible realización, lo que nos hace tirar para adelante.
Seguir viviendo día tras día, luchando por aguantar otra jornada más en esta oscuridad,
esperando a que la luz emerja, a que nuestro sueño se cumpla, para que todo nuestro esfuerzo y sufrimiento no haya sido en vano, que la infinita espera haya valido la pena.
No dejes nunca de soñar.
A veces es lo único que nos queda.